Repasando retransmisiones – por Francesc Sánchez

Vuelo 175 de United Airllines aproximándose a la Torre Sur del World Trade Center de Nueva York

He vuelto a ver una de las retransmisiones que se hicieron el 11S y aunque han pasado 17 años aún me impresiona. Aquella en la que Ricardo Ortega desde Nueva York y Matías Prats desde Madrid nos relataban como el mundo estaba cambiando minuto a minuto. Los Estados Unidos fueron golpeados porque son vulnerables. No sucedía desde 7 de Diciembre de 1941 cuando la aviación japonesa bombardeo la flota americana en Pearl Harbor. En aquella ocasión se despertó al gigante y los Estados Unidos entraron definitivamente en la 2GM, derrotando a las fuerzas del Eje, en Europa con los aliados y en el Pacifico en solitario, después de lanzar las dos bombas atómicas. Los Estados Unidos reconstruyeron la parte occidental de Europa a través del Plan Marshal y crearon las condiciones para que franceses y alemanes crearan el germen de la unión de los europeos dejando atrás sus diferencias. Tras el 11S todo el mundo se solidarizó con los americanos. George W. Bush inicio la guerra contra el terrorismo islámico encontrando toda la solidaridad internacional que se podía dar para intentar erradicar Al-Qaeda en Afganistán a bombazos. Pero esa unión que hubo después del desastre se esfumó cuando George W. Bush el 20 de Marzo de 2003 decidió invadir y destruir Iraq bajo mentiras hasta nuestros días. Las consecuencias de aquello, sumadas a las guerras de Libia, Siria, Yemen, y el golpe de estado en Egipto, aún las sufren los pueblos de Oriente Medio y también las sufrimos los europeos: 1. en forma de atentados terroristas y 2. con un éxodo de millones de personas.

Los americanos murieron por decenas de miles en las playas de Normandía como los soviéticos hicieron lo propio en Stalingrado y en las estepas rusas. Los primeros movidos por un noble ideal y los segundos para defenderse y sobrevivir. Ambos liberaron a los europeos. Pero estos aliados una vez iba acercándose la derrota del Tercer Reich ya se empezaron a dividir el mundo en áreas de influencia en las conferencias de Potsdam y Yalta. De ahí que, al finalizar la guerra en Europa quedará dividida en dos grandes zonas de dominio directo e influencia, en la que la ayuda americana del Plan Marshal cobraba una nueva dimensión en un marcado escenario de tensión entre las dos grandes superpotencias que se vino a llamar la Guerra Fría. A los Estados Unidos le interesaba una Europa unida pero subordinada, una Europa con seguridad colectiva pero dependiente del Pentágono, como contrapeso a la Unión Soviética. Esto mismo se reprodujo en el resto del mundo tras el fenómeno de las descolonizaciones. Cuando los regímenes comunistas caen en cadena y poco más tarde la Unión Soviética implosiona por sus contradicciones internas los Estados Unidos han obtenido una victoria: pero lo fue por la incompetencia e incomparecencia de su adversario. Entonces los Estados Unidos acogen en su seno «las naciones oprimidas europeas» otrora comunistas e intentan extender su área de influencia incluso hacía las ex repúblicas soviéticas. Hasta que Rusia despierta y no quedando claro dónde está el enemigo islámico -aunque no hace tanto se llegó a crear nada menos que un califato en tres territorios- Rusia vuelve a ser la mejor adversaria.

Termino por donde empezaba los atentados del 11S me siguen impactando porque ahí fue cuando empezó, y mal, este siglo XXI. El mundo desde entonces es diferente, los atentados en Madrid y Barcelona deberían hacernos reflexionar sobre donde se encuentra una de nuestras peores amenazas. El poder de una ideología intolerable y fanática que es capaz de transformar las mentes de muchos con la propaganda gratuita que ofrecen los desastres en Oriente Medio, y una incapacidad de integración y defensa de nuestros valores.

En cuanto a Trump y su “América primero” es una vuelta del péndulo de alcance global hacía posiciones nacionalistas y tradicionalistas frente a una globalización neoliberal falta de valores que es producto del agotamiento de este modelo de mundo que se inició con el fin de la 2GM: lo pobres tienen la desfachatez de querer dejar de serlo y los ricos tienen la desfachatez de no querer dejar de serlo. Está claro que esto es una abstracción porque en todas las guerras son siempre los pobres los que mueren.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 23 Agosto 2018.