Tsipras vuelve a ganar las elecciones

Ayer los griegos revalidadon en las urnas el gobierno de Alexis Tsipras. Y ya van tres. La izquierda radical de Syriza, fracturada tras las negociaciones con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, y el Fondo Monetario Internacional sobre el Tercer Rescate, ha obtenido 95 diputados que se suman a los 50 extra (el 35,54% de los votos) y se ha quedado a un paso de la mayoría absoluta: para obtenerla previsiblemente deberá formar gobierno una vez más con el partido nacionalista de los Griegos Independientes que ha obtenido 10 diputados (el 3,67% de los votos). La derecha de Nueva Democracia ha quedado en segundo lugar con 75 diputados (el 28,03%). Los neo nazis de Aurora Dorada crecen con 18 diputados (el 6,95%) obteniendo el tercer lugar, los socialistas del PASOK no se han recuperado y quedan cuartos con 17 diputados (el 6,27%), y los comunistas del KKE han obtenido 15 diputados (el 5,59%). Cierran el Parlamento griego, integrado por 300 diputados, To Potami con 11 diputados (el 4,12%) y la Unidad de los Centristas con 9 diputados (el 3,4%). En cuanto a los que se fueron de Syriza, Unidad Popular, liderados por Panayiotis Lafazanis, no han obtenido representación en el Parlamento.

Por la ley que pactaron Nueva Democracia y el PASOK para alejar a otras formaciones políticas del poder el partido vencedor se lleva 50 diputados extra automáticamente. La abstención ha aumentado situándose en un 45% del censo con derecho al voto. Se ha de tener en cuenta que esta convocatoria electoral es la tercera en el mismo año, la primera fueron las elecciones generales del mes de Enero, donde Syriza venció con resultados similares a los de ahora, y la segunda el referéndum sobre el sometimiento o no a las decisiones de la Troika.

La papeleta de Alexis Tsipras era difícil pero no había muchas más opciones. Syriza venció el pasado mes de Enero como una formación política de resistencia ante las políticas de austeridad dictadas por la Troika. Desde el primer momento su gobierno fue contestado tanto dede las altas instancias de la Unión Europea y de las Jefaturas de Estado de sus países miembros, como desde los grandes medios de comunicación, que empezaron a lanzar pobres argumentos que se hacen aún hoy extensibles a todo el pueblo griego. Las negociaciones de Yanis Varufakis con la Troika fracasaron y Tsipras convocó un referéndum para preguntar a los griegos si transigían con las condiciones de ésta. La respuesta europea llegó de la mano del Banco Central Europeo que amenazó con cortar la liquidez a la banca griega, momento en que Tsipras cortó las transferencias de dinero al extranjero y limitó la retirada en los cajeros automáticos de este mismo dinero en su propio país. Este fue ‘el corralito’. El resultado del referéndum fue un No rotundo (más del 60% eligió esta opción) a la presiones de la Troika, sin embargo Tsipras se vio obligado a pedir el Tercer Rescate bajo unas condiciones peores que las ofrecidas antes del referéndum. Esto provocó la salida formal de Janis Varufakis del gobierno, que previamente había sido substituido como Ministro de Finanzas, y la escisión de Syriza que ha obligado a Tsipras a convocar estas nuevas elecciones. Para estos militantes Tsipras traicionó tanto la postura del partido por el No en el referéndum como la voluntad mayoritaria de los griegos en el mismo. No obstante la Unidad Popular de Panayiotis Lafazanis no ha logrado si quiera entrar en el Parlamento.

La alta abstención, alrededor del 45% del censo, muestra un cansancio electoral y probablemente una decepción de muchos griegos, que consideran que poco se puede hacer frente al sometimiento del país a las grandes organizaciones internacionales. Grecia además de su mala situación económica afronta en primera línea la crisis de los refugiados (mayoritariamente sirios, pero también iraquíes, afganos, y de otras nacionalidades) que llegan desde Turquía a las islas griegas. Esto podría explicar el incremento del voto de Aurora Dorada que mantiene una política de exclusión xenófoba hacía la inmigración. Alexis Tsipras en el peor de los casos tendrá que gestionar desde la izquierda, con más o menos resistencia, las reformas impuestas por la Troika que le obligaran a recortar sueldos de funcionarios, pensiones, y adelgazar el estado vendiendo todo aquello que aún está en sus manos, cumpliendo así con el pago de las deudas, pero sin que por ello esté garantizada la recuperación económica. En el mejor de los casos Tsipras puede esperar nuevos aliados para llevar a cabo conjuntamente con otros Jefes de Estado una nueva política económica, alejada de la austeridad y cercana a la solidaridad, en el seno de la Unión Europea.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 21 Septiembre 2015.